Problemáticas Contemporáneas

Problemáticas Contemporáneas
Problemáticas Contemporáneas - Historia - Turno Tarde - 4 año - 4 División - Prof. Ricardo Romero

viernes, 29 de julio de 2011

Mayo Francés

Mayo de 1968 en Francia

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Se conoce como Mayo francés o mayo del 68 la cadena de protestas que se llevaron a cabo en Francia y, especialmente, en París durante los meses de mayo y junio de 1968. Esta serie de protestas fue iniciada por grupos estudiantiles de izquierdas contrarios a la sociedad de consumo, a los que posteriormente se unieron grupos de obreros industriales y, finalmente y de forma menos entusiasta, los sindicatos y el Partido Comunista Francés.[1] Como resultado, tuvo lugar la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y posiblemente de Europa Occidental, secundada por más de 9 millones de trabajadores.[2] Estuvo vinculado con el movimiento hippie que se extendía entonces.
La magnitud de las protestas no había sido prevista por el gobierno francés, y puso contra las cuerdas al gobierno de Charles de Gaulle, que llegó a temer una insurrección de carácter revolucionario tras la extensión de la huelga general. Sin embargo, la mayor parte de los sectores participantes en la protesta no llegaron a plantearse la toma del poder ni la insurrección abierta contra el Estado, y ni tan siquiera el Partido Comunista Francés llegó a considerar seriamente esa salida.[2] El grueso de las protestas finalizó cuando De Gaulle anunció las elecciones anticipadas que tuvieron lugar el 23 y 30 de junio.
Los sucesos de mayo y junio en Francia se encuadran dentro de una ola de protestas protagonizadas, principalmente, por sectores politizados de la juventud que recorrió el mundo durante 1968. Estos sucesos se extendieron por la República Federal Alemana, Suiza, España, México, Argentina, Uruguay, Estados Unidos y Checoslovaquia.

Contenido

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[editar] Contexto histórico

[editar] Contexto económico

La crisis de mayo de 68 en Francia surge al término de una década de prosperidad económica sin precedentes. Sin embargo, desde hacía un año se manifestaban los primeros síntomas serios de un grave deterioro de la situación económica. El número de desempleados aumentaba de forma notoria, y al empezar 1968 ya eran 500.000. La juventud se veía particularmente afectada, y las circunstancias habían llevado el gobierno a crear en 1967 la ANPE (Agence nationale pour l'emploi). La crisis industrial amenazaba ya a muchos sectores, y la larga huelga de los mineros de 1963 había sido muestra del profundo malestar de la minería francesa ante un declive imparable. En 1968, 2 millones de trabajadores cobraban el SMIG (Salaire minimum interprofessionnel garanti, salario mínimo interprofesional) y se sentían excluidos de la prosperidad. Los sueldos reales empezaban a bajar y crecía la preocupación por las condiciones de trabajo.
En las afueras de las grandes urbes, unas extensas barriadas de chabolas, los bidonvilles, se habían extendido desde mediados de los años 1950. El más poblado, el de Nanterre, alcanzaba los 14.000 habitantes en 1965 y se encontraba justo enfrente de la universidad donde iban a surgir los primeros movimientos contestatarios estudiantiles.[3]

[editar] Contexto político

Internacionalmente, la década de los 60 vivió una serie de cambios a nivel mundial que llevaron al cuestionamiento del sistema de dominación europeo y, sobre todo, estadounidense sobre los territorios coloniales o recientemente independizados de África, Asia y América Latina. El triunfo de la Revolución Cubana y el auge de movimientos izquierdistas en Latinoamérica, y especialmente la guerra de Vietnam generaron un amplio movimiento de solidaridad en gran parte de Europa y de los propios Estados Unidos que canalizaron la oposición al imperialismo.
Protesta contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos, 1967.
En Francia estos movimientos tienen su génesis durante la guerra de Indochina y de Argelia, que provocaron una fuerte polarización en la sociedad francesa desde principios de la década de los 60. En octubre de 1961 una manifestación pacífica de argelinos en París acabó con una fuerte represión policial que provocó más de 200 muertos,[4] cuyos cuerpos fueron arrojados al Sena en una acción que fue silenciada en el primero de los grandes apagones informativos de esta época. También a raíz de este suceso aparece públicamente por primera vez una corriente estudiantil radical que se manifestará contra la actuación policial a través de dos organizaciones recientemente creadas: el Comité Anticolonialista y el Frente Universitario Antifascista (FUA). Al año siguiente, en febrero de 1962, una manifestación convocada por el Partido Comunista Francés y la Confederación General del Trabajo acabó con nueve muertos aplastados en la estación de metro de Charonne.[4] Estos dos sucesos provocaron un sentimiento de rechazo hacia los CRS (policía antidisturbios). Durante este periodo, grupos estudiantiles como la Unión Nacional de Estudiantes de Francia se desplazaron hacia la izquierda en el contexto de oposición a la guerra de Argelia, al tiempo que iban surgiendo nuevos movimientos como el Comité Vietnam de Base y el Comité Vietnam Nacional (aparecidos en 1967 y 1966 respectivamente) que organizaron importantes movilizaciones antimperialistas y protagonizaron gran parte de la agitación universitaria anterior a 1968. El desarrollo de la Revolución Cultural en China también generó un nuevo referente para una parte de los sectores izquierdistas franceses, que vieron en el maoismo una nueva base ideológica, alejada del PCF y de la Unión Soviética, y menos dogmática y mucho más innovadora con respecto al marxismo clásico soviético.
También a raíz de la guerra de Argelia surgen importantes movimientos ultraderechistas que abogaban por la defensa de la Argelia francesa como la OAS (Organización del Ejército Secreto, por sus siglas en francés) y los grupos Occident, Ordre Nouveau o Jeune Nation. Estos movimientos se enfrentaron durante la década de los 60 con los movimientos estudiantiles y obreros izquierdistas tanto en las universidades como en las calles de las principales ciudades, generando una polarización cada vez mayor en los distintos sectores de la sociedad francesa.
En cuanto al gobierno francés, la figura del general De Gaulle, en el poder desde 1958, sufre un desgaste palpable en los resultados electorales. En las elecciones a la presidencia de la República de 1965, las primeras con sufragio universal desde 1948, De Gaulle no había logrado la mayoría absoluta requerida en la primera ronda de votaciones, seguido de cerca por François Mitterand ante la sorpresa general. En las elecciones de 1967 a la Cámara de los diputados, su mayoría había dependido de un sólo escaño. La oposición seguía reprochándole la manera en la que había accedido al poder en 1958, y la legitimidad del régimen gaullista se veía cada vez más ensombrecida por acusaciones de "golpe de Estado". A pesar de la bonanza económica de los últimos años, de los éxitos políticos (fin de la Guerra de Independencia de Argelia y procesos de descolonización) y de cierta aclimatación al régimen presidencialista de la V República Francesa, las practicas autoritarias del general De Gaulle levantaban cada vez más críticas.
Por su parte, el movimiento obrero francés va a experimentar en esta década una fuerte radicalización y cierto alejamiento de las cúpulas sindicales mayoritarias como la CGT. Desde 1961 se van a suceder huelgas violentas y ocupaciones de fábricas, en muchas ocasiones de forma más o menos espontanea y contra los acuerdos de la dirigencia sindical. En 1963 se realizó una huelga violenta de mineros en la que rechazaron los acuerdos de los sindicatos; en 1964 hubo huelgas de los obreros de Renault (bajo la consigna "queremos tiempo para vivir") y en los astilleros de Nantes; los obreros del grupo químico Rhodiaceta de Lyons y Besançon mantuvieron una huelga durante todo el mes de diciembre de 1967 y, en enero de 1968, se produjeron disturbios en Caen en los que participaron obreros, agricultores y estudiantes y que se saldó con más de 200 heridos. Estas fueron las primeras huelgas desde 1936 en las que los obreros ocuparon las fábricas y durante toda la década gran parte de Francia se vio afectada por este movimiento obrero.[4] Grupos estudiantiles e intelectuales comenzaron una estrategia de acercamiento a los conflictos obreros en este periodo, comenzando a trabajar en las fábricas como parte de la actividad militante y realizando encuentros en las casas de los obreros.[5] En este plano de acercamiento entre movimiento estudiantil y un movimiento obrero radicalizado al margen de las cúpulas sindicales se sentaban las bases para la agitación de mayo y junio.

[editar] Contexto cultural

Los años 60 en Francia - al igual que en el resto de occidente - fueron una época de acelerados cambios culturales. La época estaba caracterizada por la aceleración del éxodo rural y el surgimiento de la sociedad de consumo, cada vez más influida por los medios masivos de comunicación (mass media) que generalizaban la cultura de masas.
Es además en los años 60 cuando los jóvenes se convierten en una categoría socio-cultural logrando su reconocimiento como un actor social que establece procesos de adscripción y diferenciación entre sus opciones y las de los adultos. Estos procesos se desarrollan a través de las subculturas juveniles nacidas a partir de finales de los años 1950, dentro de movimientos contraculturales como la cultura underground y los movimientos beatnik e hippie. Esta juventud tenía sus propios ídolos musicales como los Beatles, Rolling Stones, cantautores como Bob Dylan y Léo Ferré, etc. Muchos de estos movimientos cuestionaron y criticaron el estilo de vida plástico ofrecido por el mercado de consumo y la organización capitalista de la posguerra.[6]
En el plano filosófico varias obras y autores tuvieron gran influencia en una parte del movimiento: Wilhelm Reich, freudomarxista, cuyo manifiesto, La revolución sexual, daba nombre a una de las consignas más repetidas; Herbert Marcuse con El hombre unidimensional, publicado en Francia en 1964 y que tuvo que ser reeditado en el 68; Raoul Vaneigem, con el Traité de savoir-vivre à l'usage des jeunes générations de 1967; Guy Debord con La sociedad del espectáculo, también del 1967. Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron publicaban en 1965 Les étudiants et leurs études donde hacían una ácida crítica al sistema educativo francés y sus mecanismos de reproducción social, que permitían a las elites conservar su poder de generación en generación. Mientras tanto en École Normale Supérieure, el filósofo marxista Louis Althusser formaba una generación de pensadores marxista-leninistas que formaron el embrión de las primeras organizaciones maoistas.

[editar] Evolución de los acontecimientos

[editar] Eventos previos

El 8 de enero de 1968, el ministro de Juventud y Deporte, François Missoffe, acude a la inauguración de una piscina en la Universidad de Nanterre. Los estudiantes recibieron al ministro con un sonoro abucheo a causa de su Libro Blanco acerca del estado de la juventud estudiantil. Durante el suceso un joven estudiante de sociología, Daniel Cohn-Bendit, provocó al ministro, reprochándole que su libro no tratara el problema sexual entre los jóvenes. Pese a que este incidente se quedó en una mera anécdota, permitió la visualización de Cohn-Bendit como una de las figuras mediáticas de los sucesos de mayo.[1] Unos meses después, el 22 de marzo de 1968 un grupo de estudiantes se encierra en la Universidad de Nanterre en protesta por las normativas internas del centro, desocupando las instalaciones tras algunas negociaciones y la aparición de la policía. Esta acción daría origen al Movimiento 22 de marzo, el cual sería uno de los referentes de las movilizaciones de mayo y junio de ese año.

[editar] Inicio del movimiento

Barricadas con automóviles en una calle de París, 3 de mayo de 1968.
El 22 de abril de 1968, 1500 estudiantes acudieron a una nueva protesta en Nanterre contra la detención de varios estudiantes del Comité Vietnam Nacional, acusados de atentar contra empresas estadounidenses, en la cual intervendría la policía. El 28 de ese mismo mes el decano de la Facultad ordena el cierre de la misma, al tiempo que los estudiantes anuncian el boicot a los exámenes parciales y se producen enfrentamientos con miembros de la Federación Nacional de Estudiantes de Francia, de ideología derechista, los cuales asaltarían la universidad del 2 de mayo y acusarían a los estudiantes movilizados de terroristas. Los movimientos derechistas y ultraderechistas estudiantiles previeron que el movimiento de los estudiantes iba a desarrollarse y afirmaron que el deber de los estudiantes moderados y del gobierno era pararlo en seco. Al mismo tiempo, miembros del grupo de extrema derecha Occident marcharon por el Barrio Latino gritando ¡Vietcongs asesinos! con el objetivo de contrarrestar el crecimiento del movimiento.[7]
El 3 de mayo ocho estudiantes implicados en las protestas, entre los que se encontraba Daniel Cohn-Bendit, acudieron a declarar a París mientras en la plaza de la Sorbona comenzaba a congregarse una gran cantidad de estudiantes vigilados por la policía, que finalmente cargaría contra la concentración. Ante esta situación, la Unión Nacional de Estudiantes y el Sindicato de Profesores llamaron a la huelga exigiendo la retirada de la policía y la reapertura de La Sorbona, así como la liberación de los estudiantes detenidos hasta el momento.
El lunes 6 de mayo los "ocho de Nanterre" acudieron a declarar ante el Comité de Disciplina de la Universidad. A su salida se realizó una nueva manifestación que concluyó con grandes enfrentamientos entre las barricadas levantadas en el Barrio Latino. La violencia de la policía provocó un sentimiento de solidaridad entre la mayor parte de la sociedad francesa (un 61% de los franceses simpatizaban en estos momentos con los estudiantes).[2] Las manifestaciones se repiten al día siguiente, llegando hasta las inmediaciones del Eliseo
El punto de inflexión del movimiento se da en la noche del 10 de mayo, conocida como "la noche de las barricadas". Decenas de miles de estudiantes acuden a las barricadas del Barrio Latino. Las negociaciones iniciadas con el rectorado de la Sorbona fracasan, al tiempo que las autoridades siguen sin aceptar la liberación de los detenidos. La policía disuelve las barricadas por la fuerza, produciéndose los más duros enfrentamientos de todo el mes de mayo con cientos de heridos.[1] Al día siguiente, carros blindados se desplegaron por la capital francesa.

[editar] La huelga obrera

Ante los sucesos de los días anteriores se convocaría una huelga general para el lunes 13 de mayo. La manifestación de ese día congregó a 200.000 personas, mientras 9 millones de trabajadores en toda Francia seguían la convocatoria de huelga. Tras la misma, grupos de estudiantes marcharon a la Sorbona, que había reabierto sus puertas tras la llegada del primer ministro Georges Pompidou de un viaje por Asia Central, ocupándola. La toma de la Sorbona estará dirigida por un Comité de Ocupación que dotará a la Universidad de una serie de servicios básicos para los estudiantes alzados (enfermería, comedores e incluso guardería). Al día siguiente los trabajadores de Sud Aviation en Nantes y los de Renault en Cleon, Flins, Le Mans y Boulogne Billancourt ocuparon sus fábricas. Poco a poco la huelga se extiende, paralizando la mayor parte de la Francia industrial.
Con la transformación de un movimiento estudiantil surgido en una universidad del extrarradio en una huelga espontánea, los estudiantes tratarán de crear una unión con los trabajadores. Varios miles de estudiantes marcharon el 16 de mayo a Boulogne-Billancourt a encontrarse con los obreros encerrados en las fábricas pero, aunque se realizarán muestras recíprocas de solidaridad (ambos colectivos cantarán La Internacional en las puertas de las fábricas ocupadas), las verjas de los puestos de trabajo que los separaban no llegarán a abrirse. En los días siguientes se sumarán a la huelga los controladores aéreos así como los trabajadores del carbón, del transporte, del gas y la electricidad y los periodistas de la radio y la televisión. En Nantes, los obreros y los agricultores cortaron los accesos a la ciudad y controlaron el precio de los productos ofrecidos en las tiendas, las cuales solo podían abrir con autorización del Comité de Huelga. En estos momentos, en muchos de los centros de trabajo en huelga, comienza a plantearse la cuestión del poder obrero en las empresas, poniendo verdaderamente en cuestión la autoridad del Estado y generando un auténtico vacío de poder.[7] [8]
Ante esta situación, el gabinete de Pompidou acepta, el 25 de mayo, el abrir negociaciones con los representantes de los obreros en huelga. Estas negociaciones se plantean a tres bandas: patronos, sindicatos y gobierno. Las negociaciones concluyen el 27 de mayo con los Acuerdos de Grenelle, en los que se recoge un incremento del 35% en el salario mínimo industrial y del 12% de media para todos los trabajadores. Sin embargo, la mayor parte de los trabajadores en huelga rechazan el acuerdo. Al día siguiente François Mitterrand, en rueda de prensa, pide al gobierno de De Gaulle su dimisión, afirmando que desde el 3 de mayo no había Estado, y se postula como candidato a la presidencia.

[editar] La reacción de De Gaulle

El 29 de mayo De Gaulle desaparece sin llegar a asistir al Consejo de Ministros convocado para esa mañana. En las calles de París, los manifestantes que se dirigían hacia la Estación ferroviaria de San Lázaro (la Gare Saint-Lazare), donde se concentraban los ferroviarios en huelga bajo el lema "Por un cambio político de progreso social y de democracia", y gritan consignas como ¡Adiós De Gaulle! Los gaullistas, por su parte, convocan para el 30 de mayo una manifestación "En defensa de la República" en los Campos Elíseos, a la que acuden más de 300.000 personas mostrando su apoyo al Presidente.
Charles de Gaulle, Presidente de la República entre 1959 y 1969. Con el objetivo de frenar los disturbios de mayo, convocaría elecciones para el mes siguientes de las que su partido Unión de Demócratas de Francia saldría vencedor.
De Gaulle, por su parte, había acudido a Baden-Baden, en la República Federal Alemana, para entrevistarse con el general Charles Massu, comandante en jefe de las fuerzas francesas estacionadas en Alemania, provocando una gran inquietud ante la posibilidad de que el presidente decidiera recurrir al ejército. El mismo día 30, De Gaulle regresa a París y se dirige al país por la radio anunciando que no dimitirá, al tiempo que disuelve la Asamblea y convoca elecciones en un plazo de 40 días.
Con estas declaraciones, queda claro que la única forma de derribar al gobierno es mediante un alzamiento que ninguno de los sectores en lucha está dispuesto a llevar a cabo.[2] [7] Sin embargo los disturbios aún continúan, pese a que distintas empresas comienzan a retornar al trabajo tras diversas conversaciones locales que tomaban como base los Acuerdos de Grenelle, aceptándose el pago de los días de huelga. Los incidentes se trasladaron de París a los núcleos industriales donde continuaban las huelgas. El 7 de junio en Flins se produjeron violentos enfrentamientos entre los CRS, que acudieron a desalojar a los trabajadores encerrados en las fábricas, y los estudiantes y obreros en huelga. El día 10 un joven estudiante de secundaria muere en los enfrentamientos, lo que provoca nuevos disturbios en París. El 12 de junio, De Gaulle decreta la disolución e ilegalización de los grupos de extrema izquierda y prohibe las manifestaciones callejeras durante dieciocho meses. En total una decena de colectivos izquierdistas son ilegalizados, sus publicaciones prohibidas y varios de sus líderes arrestados.[4] [9] El día 15 Raymond Marcellin, Ministro de Interior desde el 31 de mayo, amnistió a 50 militantes presos de la OAS condenados por asesinato, entre los que se encontraban generales de la extrema derecha como Raoul Salan (que habían conspirado para derrocar a De Gaulle) con el objetivo de crear grupos de acción ciudadana contra los "elementos incontrolables".[4] [10] Durante un violento mes de junio, la totalidad de los centros de trabajo vuelven a la normalidad, bien por acuerdos de los trabajadores, bien por la intervención policial.

[editar] Elecciones

Los días 23 y 30 de junio se celebrarían las elecciones legislativas, de las que la gaullista Unión de Demócratas por la República saldría fortalecida con un 60% de los votos y 293 diputados, contando con sus aliados. El Partido Comunista, por su parte, sufrió un fuerte descenso en su porcentaje de votos así como en su representación en la cámara, pasando de un 15% de los sufragios y 73 representantes a 6'98% y 34 diputados. Idéntica suerte sufrío la Federación de la Izquierda Democrática y Socialista (FGDS, por sus siglas en francés) de François Miterrand, que perdió la mitad de sus diputados (61 frente a los 121 conseguidos el año anterior). La radicalización de los estudiantes franceses mostraba en la práctica una fuerte simpatía por el anarquismo y un rechazo por las estructuras políticas vigentes, incluyendo los sindicatos y partidos ya existentes y cuya disciplina no era del agrado de los manifestantes. Este estado de ánimo hizo que muchos obreros y estudiantes, si bien unidos en el rechazo al autoritarismo degaullista, rechazaran el liderazgo de los partidos comunistas y socialistas, negando la validez de su autoridad.

[editar] Consecuencias de mayo del 68

Tras las elecciones de junio, el gobierno francés reconoció la necesidad de emprender una política de reformas profundas para hacer frente al malestar social existente en el país. En abril de 1969 se celebró un referendum sobre el proyecto de regionalización (una de las principales reivindicaciones políticas de aquellos momentos era una mayor descentralización del Estado) y la reforma del Senado, que De Gaulle planteó como un plebiscito sobre su gestión al anunciar que abandonaría la presidencia si no triunfaba el SÍ. Sin embargo, los franceses votaron mayoritariamente por el NO, provocando la retirada de De Gaulle de la escena política. Estos resultados mostraron que De Gaulle y su generación no eran, para la población francesa, los que podían llevar a cabo la reforma social y política que necesitaba el país. La derrota gaullista marca el inicio del fin de la generación de líderes políticos que habían dirigido Europa Occidental desde el fin de la II Guerra Mundial, al tiempo que enterraba el modelo de liderazgo personalista que hasta el momento había marcado la Quinta República francesa.[11]
Por su parte, el sindicalismo comenzó en 1969 las conversaciones previstas en los Acuerdos de Grenelle. Durante los primeros años de la década de los 70 se registraron nuevos conflictos laborales, en ocasiones con carácter violento como las huelgas de Renault durante marzo y abril de 1973. También se produjeron experiencias excepcionales como la de la empresa Lip, en la que mil trabajadores ocuparon la fábrica de relojes amenazada de cierre y durante 300 días continuaron la producción bajo control obrero, hasta conseguir un acuerdo final que salvaba los puestos de trabajo.[12] Se va a experimentar, por tanto, un mantenimiento de la conflictividad laboral en Francia durante los años posteriores a 1968 si bien la postura de las principales centrales sindicales no va a variar sustancialmente durante los congresos confederales que se celebrarán entre 1969 y 1970.[12]

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. a b c Sánchez-Prieto, Juan María (2001). «La historia imposible del Mayo francés». Revista de Estudios Políticos (Nueva Epoca) (112). 0048-7694, 109-133. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=27654.
  2. a b c d Hobsbawm, Eric J. Revolucionarios: Ensayos Contemporáneos. Barcelona: Ariel, 1978
  3. Historia del bidonville de Nanterre [1]
  4. a b c d e Ross, Kristin (2008). Mayo del 68 y sus vidas posteriores, Acuarela Libros
  5. Hempel, Pierre. May 68 et la question de la révolution
  6. Valenzuela Arce, José Manuel (2004). «Culturas identitarias juveniles». Tiempos de híbridos: entre siglos jóvenes. México: Instituto Mexicano de la Juventud. pp. 133-142. ISBN 968-5224-03-X.
  7. a b c Rodríguez, José María. Historia 16. Siglo XX: historia universal. 32, El mayo francés: la crisis de 1968. Madrid: Información y Revistas, 1985
  8. Otero Carvajal, Luís Enrique. Verdes y alternativos. Cuadernos del Mundo Actual. Historia 16, nº 75. Madrid, 1995
  9. Los grupos izquierdistas ilegalizados fueron: la Juventud Comunista Revolucionaria, Voz Obrera, "Révoltes", Comité de Enlace de Estudianes Revolucionarios, Unión de Juventudes Comunistas (marxistas-leninistas), Partido Comunista Marxista-Leninista de Francia, Federación de la Juventud Revolucionaria, Partido Comunista Internacional, Organización Comunista Internacional y el Movimiento 22 de marzo. Citado por Kristin Ross.
  10. Foccart, Jacques. Journal de l'Élysée. Tome 2: Le Général en mai (1968-1969), 1998
  11. Hobsbawm, Eric J. Historia del siglo XX
  12. a b Saenz de Miera, Antonio. Mayo del 88 20 años antes. Ed. Tecnos, 1988

[editar] Bibliografía

  • Andro, Pierre y Alain Dauvergne, Le Mai de la Revolution, Julliard, París, 1968.
  • Bensaid, Daniel y Henri Weber. Mayo 68: un ensayo general, Era, México, 1969.
  • Besancon, Jullien. Periódico mural, mayo de 68, Extemporáneos, México, 1978.
  • Charriére, Christian, Les Printemps Des Enragés, Libraire Artheme Fayard et Bureau de Production Literaire, París, 1968.
  • Cohn-Bendit, Daniel et. al., La rebelión estudiantil, Era, México, 1970.
  • Durandeaux, Jacques, Las jornadas de mayo, Grijalbo, México, 1970.
  • Esler, Antohony. Bombas, barbas y barricadas, Extemporáneos, México, 1973.
  • Gómez Miguel, Raúl. El 68 mexicano. Una semblanza informativa para jóvenes, Trillas, México, 2008.
  • Labro, Philippe. Ce n'est qu'un Debut, Edition et Publications Premieres núm. 2, París, 1968.
  • Lamar, Jean Francois, 10 campus para matar, Sedmay Ediciones, Madrid, 1976.
  • Nieto, Alejandro. La ideología revolucionaria de los estudiantes europeos, Ariel, Barcelona, 1971.
  • Varios autores, Los sucesos de mayo en Francia a través de 100 empresas, Ibérico Europea de Ediciones, Madrid, 1970.

[editar] Enlaces externos



jueves, 28 de julio de 2011

CHE - La Película


Consigna

A partir de ver la película Che El argentino, se solicita realizar preguntas sobre Ernesto Guevara. Podrán postear de la siguiente forma. 
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miércoles, 27 de julio de 2011

Movimiento de Países No Alineados

Movimiento de Países No Alineados

De Wikipedia, la enciclopedia libre
(Redirigido desde No alineados)
Estados miembro del MPNA en 2006. Los países en azul claro son miembros observadores.
El Movimiento de Países No Alineados (NOA y MPNA) es una agrupación de Estados que se formó durante el conflicto geopolítico/ideológico mundial de la segunda mitad del siglo XX, llamado Guerra Fría, que se manifestó con el enfrentamiento indirecto entre los EE.UU. y la URSS. La finalidad del MPNA era conservar su posición neutral y no aliarse a ninguna de las superpotencias ya nombradas. Aunque haya caído el Muro de Berlín (1989) y la URSS se haya disuelto (1991), la organización continúa vigente

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[editar] Precedentes

Países participantes en la Conferencia de Bandung, en 1955.
La configuración del Movimiento de países No Alineados tuvo una serie de precedentes con los que, si bien no se puede relacionar directamente, sí tuvo muchas cuestiones en común. Los más destacados fueron:
  1. El Congreso de los pueblos oprimidos. Se celebró en Bruselas en el año 1927 y contó con la presencia de numerosos líderes asiáticos, africanos y latinoamericanos, además de varios intelectuales europeos.
  2. La Conferencia de Colombo, convocada en plena Guerra de Indochina por los países asiáticos para analizar dicha cuestión.
Estas dos reuniones son el embrión de la trascendental Conferencia de Bandung, a la que podemos considerar la entrada en la escena internacional del Movimiento de Países No Alineados.

[editar] Historia de la organización a través del tiempo

[editar] Formación y primeros años

El Movimiento de Países No Alineados tiene su antecedente originario en la Conferencia de Bandung, Indonesia, en 1955, que reunió a 29 Jefes de Estado de la primera generación postcolonial de líderes de los dos continentes para identificar y evaluar los problemas mundiales del momento, a fin de desarrollar políticas conjuntas en las relaciones internacionales.
En esa Conferencia se enunciaron los principios que deberían gobernar las relaciones entre las naciones grandes y pequeñas, conocidos como los “Diez Principios de Bandung”. Dichos principios fueron adoptados posteriormente como los principales fines y objetivos de la política de no alineamiento y los criterios centrales para la membresía del Movimiento. Con el paso de los años, el Movimiento evolucionó desde una neutralidad pasiva hacia un activismo de no alineación que le llegó a dotar de una importante fuerza internacional
Seis años después de Bandung, sobre una base geográfica más amplia, se estableció el Movimiento de Países No Alineados en la Primera Conferencia Cumbre de Belgrado, celebrada del 1 al 6 de septiembre de 1961. Asistieron a la Conferencia 28 países (25 países miembros y 3 observadores), principalmente nuevos Estados independientes. De América Latina, Cuba fue el único país participante en calidad de miembro.
Los criterios de membresía formulados en la Conferencia Preparatoria para la Cumbre de Belgrado (El Cairo, 1961), demuestran que el Movimiento no fue concebido para desempeñar un papel pasivo en la política internacional, sino para formular sus propias posiciones independientes, reflejando sus intereses y condiciones como países militarmente débiles y económicamente subdesarrollados.
Así, los objetivos primarios de los países no alineados se enfocaron en el apoyo a la autodeterminación, la oposición al Apartheid, la no-adhesión a pactos multilaterales militares, la lucha contra el imperialismo en todas sus formas y manifestaciones, el desarme, la no-injerencia en los asuntos internos de los Estados, el fortalecimiento de la Organización de las Naciones Unidas, la democratización de las relaciones internacionales, el desarrollo socioeconómico y la reestructuración del sistema económico internacional.

[editar] Los No Alineados en las décadas de 1960 y 1970

La celebración de la Conferencia de Belgrado supuso un importante impulso para el Movimiento y consiguió que la política del no alineamiento aumentara su influencia en el mundo, sustituyendo progresivamente al afroasitatismo nacido en la Conferencia de Bandung. El Movimiento da otro paso importante con la fundación en mayo del 63 por parte de 31 países africanos independientes de la O.U.A., que consagraba el no alineamiento en África.
En pleno auge del movimiento se celebra la II Conferencia Cumbre del Movimiento de los Países No Alineados, que se desarrollará en El Cairo entre los días 5 y 10 de Octubre de 1964. En esta ocasión van a participar 47 países miembros de pleno derecho, 10 observadores y 30 representantes de Comités de Liberación de países que aún no habían conseguido su independencia. Los hechos más destacados de esta segunda conferencia fueron la elaboración de un Programa para la paz y la colaboración internacional, y el apoyo a la lucha contra el colonialismo, el racismo y el apartheid. También se redactaron los principios de la coexistencia pacífica. En el periodo inmediatamente posterior a esta II Conferencia, se le plantean numerosos problemas a la política de no alineación, derivados del desplazamiento del conflicto entre EE. UU. y la URSS a países del movimiento. Algunos ejemplos son el conflicto en Vietnam, los enfrentamientos árabe-israelíes o la caída de Sukarno en Indonesia.
En este contexto, se desarrolla (bajo iniciativa de Tito) una nueva Conferencia Cumbre entre los días 8 y 10 de Septiembre de 1970; la sede en esta ocasión fue la ciudad de Lusaka, en Zambia. La participación subió a 54 países miembros, 8 observadores y nuevamente varios representantes de Comités de Liberación de territorios no independientes. En esta Conferencia, se elaboran dos Declaraciones: La Declaración sobre la paz, la independencia, el desarrollo, la cooperación y la democratización de las relaciones internacionales. En ella se plasmaban los principios fundamentales de los países no alineados, consistentes en la lucha por la paz, la acción contra el colonialismo y el racismo, la diplomacia como solución a los problemas, los esfuerzos por terminar la carrera armamentística, la oposición al establecimiento de bases militares en territorios extranjeros, la realización de campañas en favor del aumento de autoridad de la Asamblea de la ONU, la aspiración a la independencia económica y la cooperación en pie de igualdad entre los países. También recogía la necesidad de proseguir la lucha anticolonial, instaba a no dejarse someter por ningún país extranjero y reclamaba la liquidación de todas las alianzas militares. La otra es la Declaración sobre la no alineación y el progreso económico. En ella se fijaban las normas de cooperación económica entre los países miembros, y las bases del Desarrollo de la Cooperación Regional, un programa de acción económica común, estipulando el comienzo de negociaciones preliminares sobre los temas citados entre los países no alineados. Por último, en esta III Conferencia se adoptaron catorce resoluciones relativas a distintos temas de actualidad. Con la Conferencia de Lusaka, el Movimiento de No Alineación entra en una nueva fase de expansión, con la que se llega a la siguiente Conferencia, celebrada en Argel en Septiembre del 73. En ella, el número de asistentes seguía creciendo y llegaba ya a los 75 miembros, 7 observadores, 3 invitados y 12 representantes de Comités de Liberación. Esta IV Conferencia elaboró una declaración en la misma línea que las anteriores cumbres, profundizando en las críticas al sionismo, al apartheid, al colonialismo todavía existente y al racismo. La novedad de esta conferencia reside en que también se elabora una interesante Declaración Económica en la que se analiza el imperialismo y la situación de los países en vías de desarrollo. Esta Conferencia de Argel supone un importante avance en la preocupación por los problemas económicos de los países no alineados. La V Conferencia Cumbre tuvo lugar en Agosto del 76 en la ciudad de Colombo (Sri Lanka); en esta cumbre el número de países miembros participantes fue de 86, asistiendo también 10 observadores, 7 invitados y varios representantes de organizaciones de Liberación Nacional y de otras organizaciones internacionales. La Declaración Política analizaba la disminución de las tensiones internacionales, el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo, la situación en África, Asia y Latinoamérica, la discriminación racial y la injerencia en asuntos internos de los Estados o de la ONU. Al igual que en las últimas conferencias, también se desarrolló una Declaración Económica cuyo punto principal trataba la situación económica internacional y las perspectivas de os países en vías de desarrollo. Se aprobó también un Programa de Acción de la Cooperación Económica y siete resoluciones. A mediados de los setenta, el Movimiento de No Alineados alcanza su mayor grado de importancia en todos los sentidos; por un lado, la relación entre los dos bloques parece rebajar su tensión y por otro, su expansión geográfica también ha sido muy considerable pasando de los 25 participantes en Belgrado a los 86 de Colombo (que todavía aumentarán, como veremos, en cumbres posteriores). A pesar de que se rechaza por parte de sus miembros la institucionalización, sí se crea en estas fechas una oficina de Coordinación para tratar los asuntos referidos a la no alineación, que queda instalada en Argel.
En esta fase de relanzamiento, se llega a la VI Conferencia Cumbre, celebrada en La Habana en 1979. La participación sigue creciendo: esta vez son 96 los miembros, 9 observadores y 10 los invitados. Como en anteriores cumbres, también participan varios delegados de organizaciones de liberación internacional. Fidel Castro, como presidente del movimiento (los países anfitriones siempre ocupaban la dirección hasta la siguiente cumbre), pronuncio dos discursos (uno de apertura y otro de clausura) en los que definió con detalle los objetivos del Movimiento. La Conferencia elaboró, como en ediciones anteriores, una Declaración Política, una Declaración económica y un Programa de Acción para la Cooperación Económica además de aprobar varias resoluciones referentes a la situación internacional.

[editar] Movimiento de Países No Alineados en la década de 1980

A pesar del momento de pujanza y expansión que el Movimiento vivía a finales de los setenta, durante la década siguiente se va a enfrentar a una serie de crisis que van a cambiar notablemente su funcionamiento y su propia razón de ser. Obviamente, la crisis del Bloque del Este y el posterior derrumbe del socialismo, condicionó notablemente la actuación del Movimiento. Por otro lado, también se enfrentó a contradicciones de tipo interno; varios conflictos bélicos enfrentaron de manera bilateral a países miembros. El más importante fue el conflicto entre Irán e Iraq y que imposibilitó la celebración de la VII Conferencia Cumbre de Bagdad prevista para Septiembre del 82. Esta séptima cumbre, se desarrolló finalmente en Nueva Delhi y además de las habituales Declaraciones Políticas y Económicas y el Programa de Acción Colectiva, se elaboró un documento titulado “Mensaje de Nueva Delhi” de notable trascendencia. En él, se analizaba la actual situación de crisis mundial y el concepto de “Coexistencia Pacífica”. También se realizó un llamamiento en favor de la paz y de la superación de los conflictos existentes (Oriente Próximo, Namibia, Sur de África, etc.). La VIII Conferencia Cumbre celebrada en Septiembre del 86 en Harare (Zimbabwe) profundizó la línea de la celebrada en la India y tuvo como hechos más significativos los discursos de importantes líderes mundiales con motivo del vigésimo quinto aniversario del Movimiento. Intervinieron entre otros, Robert Mugabe, R. Gandhi o Fidel Castro.
La caída del Bloque del Este va a sumir al movimiento en una crisis que llega a amenazar su propia existencia. La desaparición de uno de los dos bloques provoca que las actuaciones y el propio sentido del Movimiento tenga que cambiar.

[editar] El Movimiento de los No Alineados desde el año 90 hasta la actualidad

El derrumbamiento del bloque Soviético y el fin de la Guerra Fría provocó que el Movimiento de Países No Alineados perdiera muchos apoyos y perdiera parte de su significado. La Conferencia de Yakarta en el 92 supone en este sentido un punto y aparte en el Movimiento. Al ser la primera Conferencia tras el fin de la Guerra Fría, en ella se plantea un cambio en las estrategias de los países miembros. A partir de entonces los grupos de países poderosos como la Unión Europea o el G8 pasan a ser los puntos de atención de los países No Alineados. Sostienen los miembros que parte de los problemas que tenían los países del Tercer Mundo durante la Guerra Fría se han visto acrecentados con el unilateralismo actual y con el proceso de globalización que vivimos; algunos conceptos como la guerra preventiva son de enorme importancia para los países del Tercer Mundo. Con esta idea, consideran imprescindible fortalecer los vínculos entre los países en vía de Desarrollo para conseguir una mayor eficiencia en la defensa de sus intereses comunes.
Las reivindicaciones más importantes actualmente son la defensa de las bases fundacionales de las Naciones Unidas, los principios relativos a la independencia política y la soberanía de los Estados, la no intervención en asuntos internos de los países y la solución de los conflictos sin recurrir ni a amenazas ni al uso de la fuerza. También el estancamiento del proceso de reforma del Consejo de Seguridad y la existencia del derecho de veto, hechos que limitan enormemente la capacidad de los países No Alineados suponen otros de los caballos de batalla del Movimiento. En las últimas conferencias celebradas en Cartagena de Indias (1995), Durban (1998), Kuala Lumpur (2003) y La Habana (2006), se han tratado todas estas cuestiones y se ha trabajado para revitalizar el movimiento y adaptarlo a las nuevas condiciones renunciando lo menos posible a los principios fundacionales.
En total, hasta hoy se han celebrado 14 Conferencias Cumbres del MNOAL. La XIV Conferencia de Jefes de Estado y Gobierno del MNOAL se celebró del 11 al 16 de septiembre del 2006, en La Habana, Cuba.
Aunque el Movimiento incluye a la mayoría de los países en desarrollo, no es idéntico al Grupo de los 77. Un número de países ha permanecido fuera del MNOAL porque no cumplen los criterios de membresía o porque no han aplicado para ello por consideraciones políticas nacionales. El MNOAL tiene un común denominador más alto que el G-77 y una dirección política dada por los principios y objetivos que comparten sus miembros.

[editar] Criterios de la membresía

  1. El país debe haber adoptado una política independiente basada en la coexistencia de Estados con diferentes sistemas políticos y sociales y en el no alineamiento, o debe demostrar una tendencia a favor de tal política.
  2. El país concernido deberá apoyar consistentemente los movimientos por la independencia nacional.
  3. El país no debe ser miembro de una alianza multilateral militar concluida en el contexto de los conflictos de las grandes potencias.
  4. Si el país tiene un acuerdo militar bilateral con una gran potencia, o es un miembro de un pacto de defensa regional, el acuerdo o pacto no debe haber sido uno de los concluidos deliberadamente en el contexto de los conflictos de las grandes potencias.
  5. Si el país ha concedido bases militares a una potencia extranjera, la concesión no debe haber sido hecha en el contexto de los conflictos de las grandes potencias.

[editar] Miembros plenos

Los miembros plenos del Movimiento de Países No Alineados son 117 países y un territorio autónomo. Los miembros por regiones son:

[editar] África

[editar] Asia

[editar] América

[editar] Europa

[editar] Oceanía

[editar] Miembros observadores

Existen 18 países y algunas organizaciones como observadores.

[editar] Países Observadores

[editar] Organizaciones

Unión Africana, Organización de Solidaridad con los Pueblos de Asia y África, Frente de Liberación Nacional Kanak y Socialista, Liga de Estados Árabes, Nuevo Movimiento por la Independencia de Puerto Rico, Organización de la Conferencia Islámica, Naciones Unidas

[editar] Conferencias

Las conferencias del Movimiento de Países No Alineados por orden, año y lugar son:

[editar] Estructura del Movimiento

El Movimiento de Países No Alineados no tiene ni una Carta ni una Constitución ni unas reglas formales de funcionamiento. Esto se evitó en su fundación por considerar que iba contra la pluralidad y la configuración misma del Movimiento. En su lugar se adoptó un sistema de administración que permitiera a todos los países miembros participar en la dirección. La línea política se iba elaborando en las distintas conferencias a través de declaraciones y resoluciones. La Presidencia es ocupada por el país anfitrión, que desempaña este cargo hasta la celebración de la Cumbre siguiente. El Presidente (Jefe de Estado del país anfitrión) era el encargado de coordinar todas las actividades. A partir de la Cumbre de Argel (1973), se estableció la existencia de un Buró de Coordinación, encargado de realizar los preparativos de las Cumbres y las reuniones. También organiza los trabajos de los distintos Grupos de Trabajo y Comisiones del Movimiento. Trata de unificar las posiciones de los países no alineados en las Naciones Unidas. Este Buró está abierto actualmente a todos los miembros del Movimiento. Aunque no siempre se ha ido cumpliendo por diferentes motivos, en teoría el funcionamiento orgánico del Movimiento es el siguiente:
- Conferencias Cumbres. Se celebran en teoría cada tres años y a ellas asisten los Jefes de Estado o de Gobierno de los países miembros.
- Conferencias ministeriales. Son las reuniones que se celebran entre las Cumbres.
-Reuniones del Buró de Coordinación. Se celebran poco antes de las Cumbres con la intención de preparar detalladamente éstas. Tienen lugar en el país que ocupa la Presidencia del Movimiento.
Aparte de todas éstas, se celebran también otras reuniones de alto nivel como Reuniones Ministeriales Extraordinarias, Reuniones del Comité Ministerial de Metodología, Reuniones del Comité Ministerial Permanente sobre Cooperación Económica, y Reuniones Ministeriales sobre varios aspectos de la Cooperación Internacional, aunque cada día son menos frecuentes.

[editar] Bibliografía

  • MARTÍNEZ CARRERAS, J.U. Historia de la descolonización 1919-1986. Las independencias de Asia y África. Editoriales Istmo (Madrid 1987).
  • RUIZ GARCÍA, E. Subdesarrollo y Liberación. Alianza Editorial (Madrid 1973).
  • VV.AA. Historia del Mundo Actual. Desde 1945 hasta nuestros días. Editado por Universidad de Valladolid. (Reedición, Valladolid, 2000).

[editar] Enlaces externos

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